Siete de cada diez bomberos aseguran haber sufrido algún accidente laboral, pero la inmensa mayoría no reciben formación anual en prevención de riesgos laborales. Además, uno de cada tres trabajadores afirma haberse tenido que comprar su propio material protector. Son solo algunos de los resultados de una encuesta realizada por la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) entre más de 2.000 trabajadores en todo el país. El sindicato ha presentado el estudio este lunes en Madrid, además de una denuncia ante la Inspección de Trabajo para que “intervenga ante las precarias condiciones laborales” de estos profesionales.
La encuesta también destaca que un 80% de los trabajadores no conoce el procedimiento que hay que seguir en caso de evacuar a un compañero y que, en definitiva, a un 76% le produce desgaste emocional desempeñar su trabajo.
El cuerpo de bomberos pone el foco en la “desprotección que sufren en caso de accidentes ante las administraciones de todo el país y la dificultad que supone realizar su trabajo sabiendo que están desamparados”, sostiene Juan Carlos Martínez, responsable de CSIF de bomberos de la Comunidad de Madrid. Martínez señala el caso de Eloy Palacios –bombero fallecido en acto de servicio mientras apagaba un fuego– como principal ejemplo de desprotección ya que la sentencia de este caso constata “una imprudencia temeraria”. Ante esta situación, el sindicato pide a las administraciones “respaldo y protección a las personas que sufren accidentes o pierden la vida en actos de servicio”.
Por su parte, el responsable de CSIF de los bomberos del Ayuntamiento de Madrid, Daniel Delgado, destaca en la problemática de “la invasión creciente de capital privado en el Servicio de Extinción de Incendios”, un servicio “que debe prestar la Administración Pública de manera directa”.
En esta misma línea el sindicato solicita a la Inspección de Trabajo una Ley Marco que regule los Servicios de Protección y Extinción de Incendios a nivel estatal, además de una actualización del cuadro de enfermedades profesionales que incluya a los bomberos: “Hay un vacío en el desarrollo reglamentario para las circunstancias específicas a las que solamente se expone este colectivo”, destaca Encarna Abascal, secretaria técnica nacional de PRL en CSIF.
Fernando Picazo, bombero del cuerpo del Ayuntamiento de Madrid, no tiene claro qué futuro laboral le espera tras sufrir un accidente laboral estando de servicio. Picazo sufrió un infarto en julio de 2017 durante labores de extinción y salvamento y sostiene que “la jefatura de servicio debe dar parte a la Inspección de Trabajo ante un caso grave”. Sin embargo, nadie se ha puesto en contacto con él y está a la espera de ser juzgado por un tribunal médico que le dirá si puede volver a incorporarse a su puesto de trabajo. En caso negativo, se irá del cuerpo cobrando el 55% de su sueldo. “La formación en prevención de riesgos laborales cuesta mucho dinero, a lo mejor interesa más indemnizar a una persona tras un accidente que formar a todo el cuerpo de funcionarios de un país”, lamenta.
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