jueves, 30 de enero de 2020

Las monjas también sufren burnout

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Algunas monjas han empezado a denunciar recientemente sus condiciones de trabajo tal, y como recoge el suplemento mensual femenino del diario vaticano ‘Losservatore Romano’, ‘Mujer, Iglesia y Mundo’. En él la publicación ha vuelto a dar voz a las religiosas para que estas muestren su disconformidad con las condiciones en las que viven, pues a través de sus páginas ya han lanzado anteriormente al Vaticano acusaciones de explotación y esclavitud sobre todo en lo referente a las condiciones a las que se someten las monjas que se dedican a servir en estructuras de la Iglesia o de los altos cargos de la institución.

Así, la monja, psicóloga e investigadora australiana Maryanne Lounghry, que trabaja en el Boston College y la Universidad de Oxford, ha explicado que muchas de sus iguales sufren el síndrome de ‘burnout’ o del trabajador quemado o agotado, sobre todo por las condiciones de explotación, los abusos de poder e incluso en casos extremos abusos sexuales. “Cada religiosa tiene que tener una especie de código de conducta, una carta de acuerdo con el obispo o el párroco para poder decirle: “Sabe, trabajé 38 horas esta semana o no puedo trabajar el domingo y vuelvo el lunes, necesito un día libre’. Un contrato de negociación te hace más fuerte”, explcia Lounghry.

La investigadora añade que sería necesario trabajar en el bienestar de las monjas concediéndoles dos semanas de vacaciones, una paga, una situación de vivienda digna y acceso a internet o incluso “un año sabático después de cinco años de trabajo” para acabar con las complicaciones que puede traer este síndrome del trabajador quemado.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió el pasado 2019 que iba a reconocer el ‘burnout’ o ‘síndrome del trabajador quemado’ como un problema real asociado al empleo e incluirla en su siguiente clasificación de enfermedades. Según su propia definición, el ‘burnout’ es un síndrome que aparece como resultado del estrés crónico en el lugar de trabajo. “Se refiere especialmente a los fenómenos en el contexto laboral y no debe aplicarse para describir experiencias en otras áreas de la vida”, añade la organización.

‘Burnout’ se caracteriza por tres síntomas principales: agotamiento o falta de energía, distanciamiento mental del puesto de trabajo y disminución de la eficacia laboral, y, sus efectos sobre los trabajadores son tales que a este estrés laboral se le atribuyen entre el 50 y el 60% de los días que se pierden de trabajo. Eso sí, este síntoma no aparece por casualidad: en un 72% de los casos está relacionado con la precariedad, en un 66% con la carga excesiva de trabajo y en un 59% a situaciones de acoso laboral.

Aunque en ocasiones es muy evidente que se está viviendo una situación de estrés laboral que puede tener repercusión en la salud física y emocional, existe un test específico al que se puede acudir para certificarlo. Se trata del Maslach Burnout Invertory, un cuestionario que da como resultado si se padece o no este síndrome.

Una vez hecho el test, que se divide en tres partes, la que mide el cansancio emocional, la que evalúa la despersonalización y la que pone el foco en la realización personal, aunque este haya dado negativo a nivel global, es importante prestar atención a la situación que se está viviendo si en alguno de estos subapartados el resultado es superior al recomendado, pues aunque no deben saltar las alarmas, dar positivo en una de estas tres métricas significa que se tiene mucho más riesgo de caer en este síndrome.

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